Mis visitas

jueves, 25 de mayo de 2017

Castillo de Almodóvar del Río - Córdoba

En Almodóvar del Rio a solo 22 kilómetros de Córdoba se encuentra un espectacular castillo de origen árabe que es de los mejor conservados y de los más bonitos de España.
Se construyó sobre el año 740 y no fue hasta el siglo XIII que pasó a manos cristianas. Entre tanto fue el señorío del príncipe árabe Al´delMalik Ben Qatan. A partir del 758 pasó a pertenecer al Emirato de Córdoba durante el reinado de Abderramán I. Luego estuvo en manos de diferentes Taifas ósea pequeños reinos en los que se dividió el califato de Córdoba como por ejemplo el de Carmona y Sevilla. La última dominación árabe sobre el castillo fue el imperio Almohade.

En 1226 pasa a ser del rey Fernando III "El Santo" y desde entonces el castillo se va ampliando gracias a diferentes reyes como Pedro I de Castilla, Enrique II Trastámara, Alfonso XI el Justiciero o Pedro I el Cruel.

En vista de tan interesante historia decidimos hacerle una visita aunque haya que recorrer unos 220 kilómetros y así comprobar por nosotros mismos su envidiable aspecto.

Nosotros fuimos por la A-92 y A-45 porque aunque es un poco más largo es mejor que la N-432 que tiene tramos en obras.

Aunque en el mismo castillo hay unas pocas plazas de aparcamiento nosotros dejamos el coche en un amplio parking situado en la base del castillo que se encuentra sobre una colina de unos 252 metros y subimos andando pero disfrutando de las vistas del castillo, como esta:




Aquí vemos 3 de las 9 torres que tiene. La de la derecha es la del Maestre, la central Torre Redonda y a la izquierda Torre Cuadrada.

Sobre la puerta de entrada se encuentra la Torre Pequeña.






A la izquierda tenemos la impresionante Torre del Homenaje de 33 metros de altura a la que solamente se puede acceder a través de ese pequeño puente por lo que en caso de que el resto del castillo fuese ocupado por el enemigo aun sería muy difícil de conquistar.








Esta torre tiene en su sótano una cárcel ambientada con unos maniquíes para hacernos una idea de su uso.





En el centro de la habitación tiene una abertura por la cual se  accede a la mazmorra en la cual se ve un esqueleto.





Proseguimos la visita hasta encontrarnos con Excalibur la mágica y legendaria espada forjada por Merlín y sacada de la roca por el rey Arturo.




Hay otra leyenda que cuenta que fue La Dama del Lago quien le entrego la espada. Pasados los años, cuando estaba a punto de morir Arturo ordena a uno de sus caballeros que la arroje al lago del cual surge una mano vestida de seda blanca que atrapa la espada y luego desaparece en las profundidades. Pero el caso es que aquí está haciendo las delicias de todos los niños que intentan sacarla.

Rodeando Excalibur hay una exposición de reproducciones de espadas en las almenas como se ve en esta foto. Entre otras se encuentran Tizona la espada del Cid.













En la siguiente foto a la derecha sobre las almenas se ven mejor.




Y aquí en detalle.





Ahora nos encontramos con la parte que se construyo a principios del siglo XX.





Encontramos más recreaciones de la vida en el castillo como una audiencia del rey





o el vestidor del rey




y el taller del armero.

Hay muchas escaleras que subir y bajar para tener las mejores vistas desde las torres 




así que tras una pequeña pausa...




..seguimos.

Tenemos ante nosotros la Torre del Maestre. En la foto está a la derecha y frente a nosotros la Torre de las Campanas y una pequeñita a la derecha es la Torre de la Escucha.





 En la Torre de las campanas y la Cuadrada hay proyecciones de la historia del castillo y de un asedio, muy interesantes de ver.

Las torres que me quedan por nombrar son el torreón del Moro y la Torre de la Ceniza.

Ya aprieta la calor y el hambre así que un ultimo vistazo al castillo con esta foto






esta otra





esta también





y por ultimo




















y nos despedimos satisfechos con la visita dando un ultimo paseo por este adarve.










sábado, 6 de mayo de 2017

Pozo Azul - Cascada Orbaneja del Castillo

A 90 kilómetros de Miranda de Ebro se encuentra el municipio de Covanera en el valle del río  Rudrón. Esta pequeña localidad posee un tesoro que atrae a gentes de diferentes partes del mundo. Se trata del Pozo Azul, una surgencia o manantial de aguas subterráneas. Los espeleobuceadores se han sumergido en sus cavidades llegando a explorar 13 kilómetros pero todavía nadie ha llegado al final de la misma por lo que se convierte en la cueva submarina más larga de España. Sobre su exploración se han hecho documentales como por ejemplo el del equipo de “Al filo de lo imposible” de TVE.

No podíamos nosotros ser menos así que manos al volante y rumbo a Covanera. Salimos de Miranda por la N-I dirección Burgos para luego seguir la N-232 que abandonamos a la altura de Cornudilla siguiendo la indicación Poza de la Sal. Continuamos por la CL-663 y luego BU-502 hasta empalmar con la N-623. Seguimos en dirección Santander y a unos 16 kilómetros hay zonas de aparcamiento. Estas son las coordenadas de dicha zona: 42º 44´08.70”N y 3º 48´08.80”O.
Dejamos el coche y cruzamos este puente sobre el Rudrón y...







...vemos la señal que indica el camino.





Durante el recorrido observamos las curiosas formaciones producto de la erosión. Esta creo que se llama el Perentón.








Después del corto paseo tenemos ante nosotros el Pozo Azul que hace honor a su nombre. Comprobamos la increíble limpieza de sus aguas.



































En esta otra foto se ve todavía mejor.


Foto Vanessa Herrero





El agua emergente se desliza hacia el río Rudrón en un corto pero bonito recorrido.





Disfrutamos un rato de tan bonito lugar y volvemos al coche ya que a 17 kilómetros se encuentra Orbaneja del Castillo que cuenta con una cascada de unos 25 metros que nace en la parte alta del pueblo en la Cueva del Agua, atraviesa el núcleo urbano y se precipita hacia el Ebro.

Aparcamos y recorremos los rincones de alrededor haciendo las no pocas obligadas fotos de la cascada…










... y de las pozas

























Aquí también la erosión ha dejado su huella, por ejemplo en el Beso de los Camellos.





Ahora hay que reponer fuerzas así que ponemos rumbo a Soncillo a unos 34 kilómetros donde almorzamos muy bien y de vuelta a Miranda a planear otra salida.