Mis visitas

martes, 18 de septiembre de 2018

Hayedo de Otzarreta


El parque natural de Gorbeia atrae a todo tipo de amantes de la naturaleza por la cantidad de paisajes variados que presenta en sus más de 20.000 hectáreas. Encontramos zonas de rocas escarpadas, suaves pastos, bosques de hayedos y robledales, cascadas impresionantes como la de Gujuli de la cual hay una entrada en el blog, todo ello sobre un conjunto kárstico con casi 500 cavidades catalogadas.
El nombre lo recibe del monte Gorbeia de 1.481 metros de altitud en cuya cumbre encontramos una cruz de 17 metros que me recuerda la Torre Eiffel.

Foto Jenniferveramartin


En 1901 erigieron una cruz de 33, 33 metros en alusión a la edad de Cristo a instancia del Papa León XIII que quería que hubiera una en la cumbre de todas las montañas pero fue derribada por los fuertes vientos en apenas un mes. Dos años después se alza una nueva cruz tan grande como la anterior pero en 1906 de nuevo un vendaval la tira. Por fin en 1910 se instala la que existe en la actualidad.

Pero lo que nos ocupa hoy es el hayedo de Otzarreta que se encuentra a unos 65 kilómetros de nuestra ubicación, Miranda de Ebro. Las coordenadas del aparcamiento son: 43º 03´01.65”N y 2º 42´47.00”O.
Una vez dejada la N-240 en lo alto del puerto de Barazar nos adentrándonos por una pista de cemento que nos ofrece vistas espectaculares de las praderas y sus habitantes,



Y por la cual hay que circular con precaución ya que andan libremente por el carril.



Con precuación y sin mayor problema llegamos al parking.



Cuando entramos en el hayedo la sensación es que acabamos de llegar a un bosque de cuento. Es totalmente diferente a lo que hemos visto hasta ahora. Las ramas de las hayas crecen hacia el cielo, no en horizontal como es normal. Esto es debido a las podas que les realizaron para hacer carbón.






El arroyo Zubizabala atraviesa el hayedo.



Recorremos todos los rincones de este singular paisaje...



recreándonos en su especial encanto.



Unas ultimas fotos del hayedo…







Y regresamos al parking donde encontramos compañía y





nos marchamos para imitar a los caballos


en el comer...



Y beber.
Pero con la intención de volver quizás en invierno y ampliar la visita incluyendo el humedal de Saldropo y la cascada de Uguna que están muy próximas al hayedo.